Lluís Boada, de Valls, es de esas personas que superan todas las dificultades. Sufre una enfermedad congénita rara, una laminopatía, que le ocasiona distrofia muscular severa, pérdida de control cefálico (síndrome de cabeza caída), insuficiencia respiratoria y anomalías cardíacas.
Hasta Bachillerato estudió en su casa. Cuando llegó el momento de ir a la universidad, optó por estudiar Psicología en la URV presencialmente. Necesitaba ayuda para una cosa tan simple como instalarle la mesa adaptada en el aula a su silla de ruedas. Solicitó un asistente, pero no se le pudo conceder por problemas burocráticos.
Lluís no se rindió y, tras mucho insistir, el Departament d’Universitats le ha asignado la asistencia que necesita. Ahora es uno más entre sus compañeros. Uno más y un ejemplo de lucha en pos de un sueño.