Es misión de cualquier centro educativo impartir conocimientos para que sus alumnos y alumnas pueden adquirir habilidades que les sirvan en su futuro desarrollo profesional. Pero también es básico educar en valores, intentar que los chavales sean buenas personas. Y eso es lo que ha hecho el Institut Deltebre con un proyecto solidario que ha permitido además que un chico de 12 años de la localidad, Leo Tomàs, cumpliese su sueño: conocer en persona nada más ni nada menos que al mejor jugador de fútbol de la historia: el exazulgrana Leo Messi.

En el marco de la asignatura de Problemáticas Sociales, una treintena de alumnos de bachillerato organizaron un proyecto para recaudar dinero para la investigación del síndrome de Usher, la enfermedad minoritaria que padece Leo. El pequeño sufre el tipo 1B.

El síndrome de Usher causa una grave pérdida de audición y falta de equilibrio, además de retinitis pigmentosa, un trastorno que provoca el deterioro de la visión. Se trata de la afección más común que afecta tanto la vista como el oído.

Los jóvenes se dividieron en diferentes grupos de trabajo, imitando una empresa: comunicación y marketing, contabilidad, coordinación y producción de pulseras para la venta en el centro educativo y durante el acto principal de la campaña, una carrera. La prueba tuvo lugar el 7 de mayo en Deltebre. Además de la venta de dorsales y pulseras, el día de la carrera hubo sorteos de productos aportados por comercios locales que se sumaron a la iniciativa. Se recaudaron 5.163 euros.

Los beneficios irán para la organización Save Sight Now Europe, una entidad internacional que financia investigaciones sobre el síndrome de Usher y que acaba de crear una fundación en España.

Trabajar en este proyecto ha sido una experiencia muy positiva para los alumnos, que han podido llevar a cabo un trabajo práctico, mucho más real y motivador para ellos. También les ha dado la oportunidad de contribuir a una buena causa.

"Vemos que estamos colaborando en una buena causa y como se materializa el proyecto. Nos hace sentir bien poder ayudar a otras personas", explica una de las alumnas implicadas en el proyecto, Maryan Agramunt. Maryan añade que esto también rompe el estigma que la juventud no se implica en su sociedad: "Se dice que los jóvenes solo pensamos en nosotros y que no ayudamos, pero nosotros nos estamos uniendo para trabajar y ayudar otras personas".

La familia de Leo Tomàs lucha para visibilizar la enfermedad, que de momento todavía no tiene cura. Amaya Parra, su madre, explica que los comercios de Deltebre se han volcado en la búsqueda de financiación incorporando huchas en las tiendas para recoger donativos. “Todo este movimiento nos alienta y nos da fuerzas", dice Parra, que da las gracias por el apoyo que está recibiendo la familia durante todo este proceso, que no es nada fácil.

"Leo nació con sordera profunda, pero no supimos por qué hasta hace tres años, cuando se le diagnosticó el síndrome de Usher", recuerda la madre. "Se le pusieron implantes cocleares y habla como cualquier niño, pero el problema ahora es la vista, se le cierra el campo visual a raíz de la retinitis pigmentaria y cuando oscurece no puede andar solo”.

Precisamente antes de que la pérdida de visión fuera a más, el colegio y la familia se conjuraron para dar la sorpresa de su vida a Leo. Al pequeño le preguntaron cuál era su sueño. Respondió sin dudarlo: ver un partido del PSG, visitar la Torre Eiffel y conocer a su ídolo, Leo Messi.

El padre de Leo Tomàs, Óscar, es futbolero y culé. De ahí que le pusieran Leo al niño. Incluso en su bautizo le regalaron unos muñecos con el nombre de Leo Messi. No es de extrañar que el pequeño sea un gran fan del crack argentino.

Parecía imposible que un chico de un pequeño pueblo conociese a toda una estrella mundial del fútbol, pero, y aquí hay otro valor que supo inculcar el Institut de Deltebre a sus alumnos: con esfuerzo y voluntad se puede conseguir cualquier cosa. Dos alumnas, Janine y Janira, contactaron con la Fundación Pequeño Deseo, que se encarga desde hace veinte años de cumplir los sueños de niños que sufran enfermedades raras o de “mal pronóstico”.

"Nos dijeron que mirarían si lo podían hacer, que nunca habían cumplido ningún deseo como este, normalmente suelen ser más tipo un viaje a Disneyland. Al final pudo ser y un  jueves por la mañana le anunciamos la sorpresa a Leo, en el Hospital Sant Joan de Déu, donde lo tratan y dónde también colaboran con la Fundación Pequeño Deseo. Cuando le dijimos que nos íbamos a París, Leo se emocionó mucho", recuerda Amaya.

Aun así, todavía no habían podido organizar un encuentro entre los dos Leos. Finalmente, gracias al contacto de una de las enfermeras del hospital barcelonés, pudieron conseguirlo. Así, Leo pudo vivir su deseo de conocer Messi y a otros jugadores del equipo francés que le regalaron una camiseta firmada, además de hacer una vista por el estadio.

La implicación de muchas personas que colaboraron desinteresadamente y la educación en valores permitieron que se hiciera realidad el sueño de un niño, pero también que haya más fondos para la investigación científica.