La UD Jesús i Maria, de Deltebre, es este año un doble ejemplo de empoderamiento femenino en un mundo tradicionalmente machista como es el fútbol, pero en el que las mujeres tienen, por fin, cada vez más presencia. Tanta que la Selección femenina tiene mejores resultados que la masculina.
Por primera vez en sus 95 años de historia (se fundó en 1928), el club cuenta con una mujer como presidenta. Se trata de Eli Montañés. Es una de las pocas mujeres al frente de un club de fútbol en Catalunya. Antes de llegar a la presidencia, era la tesorera del club. El anterior presidente, Mingo Alcalá, sigue en la junta pero como secretario.
En declaraciones a Ebre Digital, Eli explica que “me siento muy orgullosa de ser la primera mujer presidenta de mi club. Habían pasado los cuatro años del mandato y se tenía que hacer la renovación de la junta directiva. Mingo decidió dar un paso al lado y nosotros teníamos un proyecto de continuidad. Estamos en una fase de crecimiento continuo, tanto en fútbol base, equipos amateurs y fútbol femenino”.
Montañés presume de que “actualmente contamos con 18 equipos en competición: 3 amateurs, 14 de base y un femenino. Este es la gran apuesta de la casa”.
Precisamente ese equipo femenino es el segundo motivo por el que la UE Jesús i Maria es un espejo en el que mirarse. Este año ha recibido el Premio ‘Jugador-a’ de la Federació Catalana de Fútbol por recuperar el equipo femenino. En concreto, el galardón fue para el equipo femenino Amateur F-7 de por empezar de cero para llegar a equipo federado.
Después de 15 años contando con un equipo femenino, la UD Jesús y Maria lo perdió la temporada 2021-2022. Se inició un llamamiento a través de vídeos y un ciclo de charlas en las escuelas e institutos de Deltebre con unos entrenamientos de prueba para ver si el amor por el fútbol femenino surgía. Y surgió. Un grupo de chicas del instituto, un 80% inmigrantes y en situación de vulnerabilidad, lo querían probar, pero no disponían de medios materiales ni económicos para entrenar.
“Eran un diamante en bruto. Era una lástima que dejaran perder esa oportunidad”, recuerda Eli. “Una o dos tardes a la semana venían y las enseñábamos a jugar al fútbol. Se integraron muy bien y, poco a poco, creamos este proyecto”, sigue Montañés.
Sus ganas e ilusión eran tan grandes que el club puso todas las herramientas y esfuerzos y empezaron a hacer partidos amistosos con otros equipos del club. Finalmente, esta temporada el equipo ha visto hecho realidad su sueño: federarse a la FCF para poder competir con el equipo de fútbol 7. Aún lo sigue haciendo de manera altruista.
Eli apunta que “todo esto es gracias al equipo humano que forma este grupo: la junta directiva, el equipo de coordinación y las entrenadoras y los entrenadores que desarrollan una gran tarea diaria. También gracias a las familias que nos dan confianza temporada tras temporada y a los socios por su apoyo”.
“Ha sido un proceso duro, una gran apuesta económica, pero muy gratificante. Hay que lograr que cualquier niña, sea cual sea su procedencia, sus recursos o su nivel futbolístico, pueda disfrutar de este maravilloso deporte que es el fútbol. Estoy orgullosa de ser mujer y orgullosa de ser de Jesús i Maria”, concluye Montañés.
